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lunes, 31 de agosto de 2015

Juro solemnemente

Hablemos del sentimiento de sentirse completa.
Sin miedo a la luz ni al verano.
Hablemos de mil cosas sin decirnos nada.
Juguemos a perdernos y encontrarnos.
Tiremos el gris y el negro y el blanco.
Ya no más llorar ni torturarnos con música de violín.
Ya pasó la temporada de flores secas y lágrimas.
Prometamos caernos y levantarnos de la mano.
Mancharnos la cara de barro y perder de vista el norte por un segundo.
Ambos sabemos que los labios solo deben agrietarse de tanto reírnos.
Que nuestras manos solo deben encallecerse de aferrarnos a nuestro mañana.
Pintemos el cielo nocturno de Van Gogh; vivo, palpitante.
Retemos a Matisse a contrastar colores imposibles.
Tentemos a Dalí a imaginar un mundo paralelo, que roce el absurdo.
Bailemos entre relámpagos y cantemos con los ruiseñores...
Y, ante todo, juro solemnemente nunca destensar la cuerda que nos une.
Nunca morir en vida, nunca perderme en el bosque.
Juro solemnemente alzar la vista y señalar las estrellas hasta que nuestros nombres brillen entre ellas.


Safe Creative #1508124871128

lunes, 24 de agosto de 2015

Alzheimer

La mirada perdida en un pasado olvidado.
Una sonrisa petrificada en los labios ancianos.
Las arrugas que surcan su piel, como las vetas de un árbol milenario, cuentan cientos de historias.
Recuerdos que no acepta como suyos.
Personas que de noche adora y de día rechaza.
Su mente, errática y descontrolada, juega a esconder una vida plena en una nebulosa de confusión.

Las manos grandes y firmes, hoy reducidas a hojas secas.
Sus piernas, eternas columnas de mármol, hoy arenas movedizas.
Un destello sagaz vibra momentáneamente en sus pupilas.
Una avalancha de emociones se agolpa en sus párpados.
Y llora. Y nombra a su hijo, y a su nieta.
Y toma de las manos a su mujer, mientras la besa.
El ocaso vuelve a llegar, preludio del oscuro olvido.
Y en su cabeza sólo se oye un eco lejano, que no reconoce, que no le interesa.
Y alguien le habla. ¿Quién? ¿Conoce a esa mujer de ojos llorosos?
Quizá sí, quizá no.
Quizá mañana, durante un minuto, vuelva a besarla como si nunca más fuera a olvidarla.

Safe Creative #1508124870961

miércoles, 19 de agosto de 2015

La huida del lobo



Avanzó sin mirar atrás.
Corrió bajo la luna llena, testigo ausente de su escapada.
Lloró de amargura abrazado a su perfume de rosas negras.
Quizá un día alguien recuerde sus ojos grises, como los de un lobo salvaje, y piensen en él.
Quizá en un futuro ella extrañe el roce áspero de sus dedos contra su piel.
Quizá mañana el aire traiga, en un cruel eco lejano, el susurro de su nombre.
Quizá un sueño vago sobre sus labios vuelva a ella como un puñal afilado, frío e indiferente.
Pero él no regresará.
Decidió borrar sus huellas en la nieve.
Cortó los hilos, las rejas.
Derribó puertas y cristales.
Ahora su pelo negro baila al son de la marea.
Libre como ella. Poderoso como ella.
Él se perdió a sí mismo y su alma se rebeló.
Ahora, arropado por su ansiada soledad, su pecho late de nuevo.


Safe Creative #1508124871098

martes, 4 de agosto de 2015

Sueños con olor a lavanda

Ella quería vivir en blanco y negro.
Ahogada por el humo de un cigarro a punto de morir,
entre poetas trasnochados y músicos de jazz.
Ella quería cantarle a la noche de París
y perderse entre bares bohemios
ebrios de sueños absurdos y castillos de papel.
Ella soñaba con bailar en un gran salón,
con un largo vestido del color del verano
entre los brazos de un príncipe azul desteñido.
Ella luchaba contra viento y marea,
contra dioses perversos y amantes del caos.
Contra titanes aburridos y cíclopes con monóculo.
Cada noche, corría a emborracharse con el sonido del saxofón, con el lamento del piano y la voz ronca del hombre que cantaba para un público ausente.
Cada noche, ella moría en verso y renacía en prosa.
Cada noche encontraba la verdad tras lo oculto y la perdía al amanecer.
Cada noche, envuelta entre sábanas con olor a lavanda, ella abría un nuevo libro...


Safe Creative #1507264726244