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jueves, 7 de julio de 2016

Capítulos 40, 41, 42 y 43

Capítulo 40

Flair nos despierta al resto. Al parecer se ha despertado el primero y ha ido a recoger algunas bayas de los alrededores. Ishtral saca algo de pan y queso de nuestro macuto mientras que los hermanos comparten los frutos que el joven ha recogido. Tras comer algo, nos ponemos en marcha de nuevo, alejándonos del pequeño claro en el que hemos pasado la noche y adentrándonos en el espeso bosque.
A diferencia del Bosque Muerto, éste está lleno de vida. Los árboles son casi tan altos como los edificios de Arala. La vegetación, húmeda y pegajosa, nos llega por el pecho. Constantemente siento las pequeñas garras de roedores o lagartijas rozándose contra mis pies y tobillos lo que es, cuanto menos, bastante incómodo. La penumbra reina en el bosque puesto que la poca luz que hay, no puede penetrar a través del intrincado entramado arbóreo. Una mariposa, más bien una polilla enorme, pasa junto a mi cara moviendo mi pelo de un solo aleteo. Una serpiente blanca como la sal, sisea a nuestro lado provocando que Neldrey dé un gritito; un pretexto perfecto para acercarse a Jake. Caminar es una ardua tarea debido al terreno inestable y arcilloso y a la vegetación, que me recuerda a miles de brazos agarrándonos de la ropa, impidiendo que continuemos.
Tropiezo con una rama y caigo perdiéndome en ese mar verde. Alzo la vista, aún en el suelo, y veo a escasos centímetros de mi cara una araña azul, con las patas peludas bañadas por el rocío. Sé que éste es un arácnido normal y que no es el de mis pesadillas pero no puedo evitar quedarme paralizada mientras ésta se acerca a mí. Lentamente, muy lentamente, siento su abdomen rozarse contra mi mejilla sudorosa y pasar de largo. El corazón me late en las sienes reviviendo momentos que ojalá no hubiera vivido. Es Ishtral quien me toma del brazo y me levanta, rompiendo esa especie de ensimismamiento en el que estaba sumida.
-¿No habrás vuelto a ver a...?- pregunta, asustado, bajando el tono.
-No, no era ella. He visto una araña normal, que ni se ha dado cuenta de mi presencia y ha pasado de largo pero... supongo que cualquier cosa me recuerda a... bueno, ya sabes.
-Sí, no te preocupes Lyx. No tienes que afrontarlo sola. Vamos.-Me toma de la mano y yo le sigo, aún un poco mareada.
Jake nos mira y también coge la mano de Neldrey en un acto tan infantil como absurdo porque no estoy en condiciones de que me importe nada de eso. Jake mira a Ishtral y éste le dedica una sonrisa burlona. “Eso no ayuda, tonto” pienso para mí al ver la reacción del sargento.

Flair, que encabeza la marcha, se para y nos manda callar a todos en tono autoritario. Ante nosotros, bajando de la rama de un árbol, hay una enorme pantera negra, sus ojos, carentes de pupila, son completamente azules como el hielo. Su musculatura es impresionante y las hierbas arañan su oscuro pelaje. Gruñe lentamente al acercarse a nosotros. Se mueve muy lentamente, majestuosamente.
-Que nadie mueva un músculo.- dice Flair en un susurro.
No hace falta que lo diga, estamos petrificados. Como respuesta a mi creciente miedo, mis ojos comienzan a teñirse de fuego y vuelvo a sentir mi cuerpo fundirse. “No, no, no, no te dejaré controlarme” pienso al oír la voz podrida del arácnido. Guiño un ojo involuntariamente cuando los pinchazos en mi sien son demasiado agudos. Creo que Ishtral se da cuenta porque me aprieta mucho la mano ayudándome a mantener la poca calma que puedo.
El felino está muy cerca de Flair, que no se mueve, es más, diría que incluso se muestra desafiante.
-Flair...- susurra su hermana.
-Espera.- responde éste.
Los demás, sin saber qué pretenden, nos mantenemos en un aterrado mutismo.
-Flair.
-Aún no.
-¡Flair!
-¡He dicho que esperes!
Ante los gritos de los hermanos la pantera salta lanzando un rugido que provoca la huida en bandada de cualquier ser vivo que allí se escondiera.
-¡FLAIR!- grita Neldrey, desesperada como nunca la he visto, ante el imponente cuerpo negro del animal alzándose sobre la delgada silueta de nuestro amigo.
-Ahora- susurra Flair sonriendo. Antes de que podamos reaccionar, él saca un arco no sé de dónde y lanza una flecha que corta el aire para clavarse justo en la garganta de la pantera.
Ésta cae agonizante y muere en unos segundos. Flair se gira con algunas gotas de sangre en la cara.
-¿Seguimos adelante?- dice con su tono calmado y conciliador de siempre.

Capítulo 41

¿Cómo había hecho eso Flair?” Me pregunto. No puedo evitar pensar en el arquero que mató a mi hermano. Hago a un lado a Ishtral y avanzo a grandes zancadas.
-Flair- digo duramente.
Éste se gira hacia mí con una expresión angelical que tenía algo de salvaje en el fondo de su mirada.
-¿Cómo has hecho eso?
-Con un arco y una flecha.
-Sabes a qué me refiero. No me tomes por tonta.
-Oh vamos, Lyx, jamás se me ocurriría pensar eso. Soy un buen arquero, ¿qué sucede? Si no recuerdo mal acabo de salvarnos la vida a todos nosotros.
-Sí... es solo que... bueno.
-Mi hermano aprendió a manejar el arco a los cinco años. Recuerda que somos bastardos del rey, en La Capital perdí la cuenta de las veces que intentaron asesinarnos. Por eso, cuando nuestra madre murió, huimos de esa ciudad. Hasta ahora.- Neldrey fue bajando el tono paulatinamente, como hundiéndose en sus recuerdos.
-Yo... Lo siento Flair. Me he dejado llevar por el rencor y te había asociado con el arquero que mató a mi hermano.
-No te preocupes. No importa- dice con su tono dulce de siempre y sonríe-. Anda, sigamos, a ver si salimos de esta especie de selva para poder acampar.
Todos nos mostramos de acuerdo con él y seguimos andando. A media tarde, por fin conseguimos llegar a una zona donde la hierba, a pesar de seguir siendo bastante alta, no lo era tanto como para no poder asentarnos allí. Es más, podría resultar hasta cómodo dormir sobre esa mullida alfombra vegetal.
Neldrey y Jake van a recoger un poco de agua. Bien es cierto que no hemos visto ningún río, pero hay unas plantas, de tonos rojizos, con hojas cóncavas, que almacenan el agua del rocío, de la perenne humedad de ese bosque. Flair e Ishtral van a cazar algunos roedores o algo para comer. Yo me encargo de preparar el fuego, aunque con lo húmeda que está la madera no sé cómo lo voy a hacer.
Sigo con algunos dolores en las sienes y aún me arden las yemas de los dedos. No quiero hacerlo, pero no puedo evitar recordar la escena de la muerte de Pete y relacionarla con la maestría de Flair con el arco. Vuelvo a enfadarme y noto que me mareo un poco. Oigo como el viento trae, como un vetusto eco, la risa de la maldita anciana. Me llevo una mano a la frente y otra la apoyo sobre la madera mientras intento controlarme. Estoy ardiendo. Aprieto las ramas con fuerza y, no sé cómo, las prendo. Me echo hacia atrás asustada y miro mis manos, tiemblan acalambradas y desprenden un leve humo.
Acabo de... encender fuego... ¿con mis manos?”. Me doy miedo a mí misma. Kitz dijo que él poseía gran fuerza y velocidad. Ya antes me había movido tan rápida como un pestañeo, cuando le lancé el puñal a Flair... No obstante, él nunca me dijo nada de provocar un incendio solo chasqueando los dedos.
¿Qué más me iba a pasar? Oí a la vieja araña estallar en carcajadas.

-Vaya, Lyx. Has podido encender el fuego con tanta humedad. ¿Cómo lo has hecho?- me pregunta Neldrey inocentemente mientras Jake deposita en el suelo todas nuestras cantimploras llenas de nuevo de agua.
-Supongo... que he sido muy insistente.- digo fingiendo una sonrisa.
-¿Estás bien?- quiere saber Jake, que me mira fijamente.
-Sí, perfectamente.
Al poco, llegan Flair e Ishtral con un par de aves cuyo nombre no sé pronunciar pero cuyo sabor es, según los hermanos, magnífico. Quiero hablar con Ishtral pero decido esperar un poco. Si me vuelve a pasar, ya se lo diré. De repente, como un rayo, se cruza por mi mente la imagen de Rothian. La echo de menos, ¿cómo estará?
El sargento Blood me saca de mis ensoñaciones.
-Lyx, ¿qué te parece que tu primera clase sea después de comer?- dice mientras Flair prepara las aves.
-Me parece perfecto.
-¿Clases?- dice Jake.
Le explico a mi amigo que Ishtral va a enseñarme a luchar. Obviamente omito el por qué de esa decisión.
-Yo también quiero.
-¿Tú también?-le pregunta Ishtral a Jake-. De acuerdo, pero si te haces pupa no me vengas lloriqueando.
-¿Qué has dicho, Bobo real?
-Genial, ahora tienen la excusa perfecta para matarse a golpes.- digo distraída. Neldrey se ríe como una niña pequeña mientras Flair nos avisa para comer. Ésa es la primera cena en la que estamos todos un poco más relajados. Claro que el hecho de que Flair nos toque algo y cante con su hermosa voz también ayuda.

Capítulo 42

Tras la cena y el delicioso concierto privado de Flair, Ishtral se dispone a comenzar su clase. Jake y yo nos levantamos y nos colocamos frente al sargento. Los hermanos se limitan a mirar, deseosos de que comience el espectáculo.
-He pensado que, mejor que enseñaros a manejar la espada o cualquier otro tipo de arma, lo mejor para vosotros es que aprendáis a defenderos en una batalla cuerpo a cuerpo.
-Ya, como si no supiéramos pelear. Bobo real, te recuerdo que Lyx y yo hemos vivido en la calle toda nuestra vida y te aseguro que más de una paliza nos hemos llevado. Creo que sé pelear cuerpo a cuerpo.- dice despectivamente Jake.
-Jake... creo que no deberías...
-¿Ah si?- me corta Ishtral, con una sonrisa pícara en sus labios-. Demuéstrame lo que sabes, oh gran luchador callejero.
Veo que mi amigo cierra los puños y se pone tenso. Ishtral se pone en posición de defensa. Jake se abalanza sobre él como un oso, basándose en su fuerza bruta. Sin embargo, Ishtral lo esquiva con un ligero paso hacia la derecha, como si estuviera bailando. Se ríe y añade un sarcástico: “Casi pero no”.
Ésto hace enfadar aún más a mi amigo que lanza un puñetazo que el sargento redirige con la palma de su mano haciendo que Jake se tropiece y caiga de rodillas.
-Cuidado, te vas a hacer daño.-Ishtral es consciente de su superioridad en combate y no duda en aprovecharse de ello para ridiculizar a Jake frente a los demás.
Empiezo a sentir algo de pena por mi amigo aunque sé que él se lo ha buscado con ese tono condescendiente y esa chulería innecesaria. Quizá una pequeña cura de humildad le valga para hacer de él un buen alumno.
Jake gruñe en el suelo y se levanta furioso, exhala un largo suspiro intentando controlar la ira y vergüenza que está sintiendo. Vuelve a intentarlo. Inclina el tronco superior hacia adelante y descarga un fortísimo puñetazo a... el aire, porque Ishtral, con un suave giro, lo ha esquivado y asesta un codazo en la espalda de mi amigo, que se ve otra vez relegado a admirar el suelo.
-Te abalanzas como una bestia parda sin calcular las distancias, sin pensar en los posibles movimientos de tu rival. Es tan fácil leer tus pensamientos que hasta aburre.
-Cierra la boca, ¿solo sabes hablar?- dice Jake con furia, desde el suelo, masticando las palabras.
-Hombre, también sé pelear pero, por lo visto, precisamente eso no es lo que estamos haciendo.
Ishtral se veía totalmente relajado y seguro de la victoria. Jake le mira con un odio que creo que nunca he visto en él y luego me mira a mí. Lee la compasión en mis ojos, un desesperado: “ríndete. No puedes ganar. No te avergüences más”. Eso lo hace enfadar aún más y lanza un puñado de tierra a la cara del sargento, que no se lo esperaba y queda momentáneamente cegado, comenzando a toser. Jake lo agarra de la cintura y lo empuja contra un árbol. Ishtral queda por un segundo indefenso y mi amigo le asesta un puñetazo en el estómago provocando que se doble sobre sí mismo. Por último, le golpea los omóplatos con los puños tirándolo al suelo. Ante la sorpresa de todos, el sargento se empieza a reír.
-¿De qué te ríes?
-De lo fácil que es hacer que pierdas los papeles y utilices trucos tan asquerosos como éste.
-Te he dicho que peleaba en las calles, allí no se seguía ningún tipo de regla. El que utilizaba el truco más sucio, ganaba.
-Ya veo. Trucos sucios- dice ésto tumbado en el suelo tranquilamente-. Mira, no pensaba decírtelo pero me has enfadado; la otra noche, mientras te dedicabas a manosear a Neldrey, Lyx y yo... bueno, ya sabes. Ata cabos.
Todos me miran atónitos salvo el sargento que simplemente me mira divertido y me guiña un ojo. Me ruborizo y bajo la mirada por el gesto de Ishtral pero todos lo entienden como la confirmación de lo dicho por el sargento Blood.
-No... no te creo.
-¿Ah no?, pues mira- dice mientras se empieza a desabrochar la blusa-. Aún tengo algunos arañazos en la espalda y un chupetón en...
-¡BLOOD!- le grito. Se está pasando con esa “comedia”.
-Te voy a matar.- Jake levanta el puño con una rabia para nada contenida.
Ishtral sonríe. Se impulsa con las manos y le asesta una patada en la mejilla a Jake haciendo que éste caiga, derrotado, al suelo. El sargento ha ganado.
-¿Y bien?, ¿Te siguen gustando los trucos sucios?
Flair y Neldrey comienzan a reírse. Jake maldice por lo bajo en el suelo y yo miro a Ishtral entre molesta y divertida.
-Perdón por utilizarte, Lyx. Aunque hubiera sido bastante entretenido que hubiera sido verdad, ¿no?
-Idiota.
-Bueno, Jake, ¿me vas a dejar que te enseñe? Eres un bruto, pero podemos usar eso a tu favor. Tienes mucha fuerza, incluso puede que más que yo. Pero eres tan sumamente torpe y lento que derrotarte es demasiado fácil.
-Olvídame.- dice entre dientes mientras se levanta y se sacude el polvo.
-No, cariño tienes que aprender. Tienes que protegerme.-Neldrey dice la última frase con un tono seductor que derretiría al hombre más frío y haciendo un mohín infantil que, a la vez, resulta increíblemente sexy. Jake la mira y suspira.
-Supongo que podría hacer un esfuerzo.
-¡Bien! ¡Eres el mejor, cielo!- Neldrey da un pequeño saltito para añadir énfasis a sus palabras. Me asquea esa chica. Flair se aleja de nosotros.
-Flair, ¿a dónde vas?- pregunta Neldrey.
-Bueno, todo lo que he comido y bebido urge por salir de mi cuerpo, ya me entiendes hermanita.
-Oh, ¿te ayudo?
-¡Pero qué dices, Neldrey!- le espeta Jake.
-Era una broma, sois unos aburridos.- dice haciendo pucheritos mientras Flair se pierde entre las hierbas altas.

Capítulo 43

Escondido entre la altísima maleza.

Shadow mira al grupo desde las sombras. Completamente seguro de que nadie se dará cuenta de su presencia. Es demasiado bueno.
Estúpido sargento Blood, se cree el mejor por saber cómo patearle el culo a un pobre diablo. Aunque el otro tampoco tiene muchas luces. Ha sido muy arrogante por su parte encararse así con él, y delante de todos. No sé cuál de los dos es peor”. Piensa el espía aralio. No ha perdido detalle de su marcha durante los últimos días. Ahora solo hay una cosa que le preocupa: ¿Dónde está la princesa Rothian? En cuanto la encuentre, acabará con los demás y llevara a la futura reina de Arala ante la actual monarca, su madre.

Alejado del resto del grupo, sin que nadie pueda verlo ni oírlo.

Flair saca de su enorme capa llena de bolsillos secretos una especie de artilugio formado por un micrófono pequeño situado bajo una pantalla de color verdoso. Todo ello unido por una serie de botones de los cuales Flair solo sabía el funcionamiento de dos: recibir órdenes y enviar información. El joven se acerca el micrófono a los labios y comienza a hablar.

Reporte número tres. Habla Flair Maldow, espía de Su Majestad, perteneciente al cuerpo especial Z.

Me dispongo a proseguir con mi misión de acompañar a los infiltrados aralios hasta La Capital. Poco a poco me estoy ganando su confianza, es cuestión de tiempo que me digan sus planes.
A continuación expondré el avance de nuestro viaje y el perfil de mis acompañantes:
Lyx: es una joven valiente con una lengua demasiado osada. Tiene una velocidad sobrehumana. Puede que sienta algo por Blood, lo que causa celos a Jake. Éste podría ser un gran punto débil si jugamos bien nuestras cartas. Mi hermana ya está en ello. No obstante no está todo dicho sobre Lyx, tengo la sensación de que oculta muchos secretos.
Blood: Parece el más capaz de todos, tiene conocimientos sobre estrategia y sabe luchar, debe de pertenecer al cuerpo militar aralio. Quizá sea el más problemático a la hora de eliminarlos.
Jake: no supone ningún problema. Es solo un pobre chico que se ha visto envuelto en una misión suicida para intentar ganarse el afecto de Lyx. Torpe y bruto. Nada que temer. Seguramente será el primero en caer.

Salimos hace unos días de Dasian y Blood ha decidido enseñar a pelear a Lyx y a Jake. Como ya he dicho, no creo que el chico cause muchos problemas, en cambio ella... Quiero investigarla un poco más, algo me dice que podría ser capaz de mucho más de lo que demuestra.

Aquí finaliza el informe número tres. A la espera de nuevas órdenes.”

Cuando Flair se dispone a guardar el aparato otra vez en ese abismo de bolsillos que es su capa, éste vibra ligeramente. En la pantallita aparecía escrita una orden:
Buen trabajo. Continúe con la misión”
Flair asiente para sí mismo y emprende la marcha para volver junto al resto.

En una posada de Dasian
-Perdone, estoy buscando a unos amigos con los que he de reunirme cuanto antes, ¿ha habido algún huésped que le llamara la atención últimamente?
-Ahora que lo dices... hace unos días se hospedaron aquí un grupo de jóvenes, un poco ruidosos. Solo se pasaban por la posada para dormir y para algunas comidas pero los recuerdo. Eran dos hombres, uno de ellos siempre iba envuelto en una enorme capa, y también había una mujer bastante guapa con ellos.
-Supongo que ya no están en este pueblo, ¿no?
-Lo siento niña, se marcharon hace pocos días.
-Vale, muchas gracias- la chica extiende un par de monedas de oro al posadero-. Por la información.
-¿No quieres saber hacia dónde se fueron?
-No se preocupe, eso ya lo sé. Solo quería saber si seguían aquí y, en caso de que se hubieran marchado, si hacía mucho tiempo de ello. Usted ya me ha respondido. Adiós y gracias de nuevo.
-Adiós jovencita.

El posadero se queda un buen rato mirando la puerta por donde ha salido esa joven tan extraña. Envuelta toda ella en una capa verde oscura, con una voz muy suave pero a la vez firme y potente. Con cascadas de cabellos castaños y rizados bañándole los hombros y, sobre todo, lo que más llama la atención al hombre es la máscara. La chica lleva una máscara dorada, surcada por unos puntitos azulados a la altura de los pómulos y la nariz, que no deja ver ni un milímetro de su rostro. Cada día llega gente más rara a su local y él ya está demasiado mayor como para preocuparse por las extrañas modas de los jóvenes. Con este pensamiento, el anciano posadero se mete en el reservado y se pone a leer un libro de páginas amarillentas.

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