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jueves, 4 de agosto de 2016

Capítulos 64, 65, 66 y 67

Capítulo 64

El extraño se dirige hacia el sargento y le propina una monumental patada en el estómago. Siento el fuego arder en mi cuerpo y mis ojos se empiezan a tornar anaranjados. Me laten las heridas. “Ya empieza” pienso “Quizá, si me transformo, podría vencer a este tipo y salvarlos a todos”.
O matarlos a todos, mi pequeña creación” la voz de la anciana suena en mi cabeza, regocijándose de que necesite el poder que ella podría brindarme si dejara que me poseyera por completo.
-¡Lyx, no!- La voz del sargento suena pastosa, como si su lengua fuera un trozo de carne podrida que le ocupa toda la boca.
-Increíble, aún tienes fuerzas para hablar. Debe de haberte dolido mucho la garganta al gritar así, ¿no?- dice ese personaje tenebroso con voz cantarina.
Ha usado una fuerza que ahora mismo él necesita para decirme que no ceda ante la araña que me persigue y no pienso defraudarlo. Intento calmarme y una especie de cortina va aislando la risa alocada del arácnido de mi mente. Debo pensar otro modo de escapar.
-El gran sargento Blood. Tan noble como siempre. Un hombre excepcional. El más inteligente y perspicaz. El más fuerte y rápido. El mejor en combate. Te ves tan patético ahí medio muerto- Toma la cabellera color sangre de Ishtral entre sus dedos esqueléticos-. Das asco.
Rompe en una carcajada que corta, que hace que mi corazón se arrugue y que mis pulmones escupan el poco aire que tienen.
-Desde pequeños siempre has sido el mejor de los dos. Desde que esa mugrienta cocinera te encontró. Siempre eclipsándome. Me convertí en tu maldita sombra y te odié. Te odié como nunca he odiado a nadie. Te transformaste en el sol y yo en un espectro nocturno. Aunque, bueno, ahora mismo la situación ha cambiado, ¿no?
Otra risotada terrible. Mira con desprecio a Ishtral y éste le devuelve una mirada cargada de ira, decepción y... lástima. La compasión en los ojos del sargento enfurece a nuestro atacante que comienza a propinarle puñetazos gritando que no debe tenerle lástima, que es él el vencedor. Quiero llorar. No aguanto que ese hombre esté golpeando así a Ishtral. De repente, oigo un grito desgarrador y veo a Jake lanzarse como una bestia sobre ese hombre.
-Maldita sea, qué fuerza bruta tienes. Aunque claro, solo podías mover tu cuerpo una sola vez, ¿no? Ahora vuelves a ser un pedazo de carne inútil.
Cierto, Jake ha usado todas sus fuerzas para salvar a Ishtral.
-S...Shad...ow... Shadow...-Consigue articular Rothian
-Buenas noches, Princesa. La veo un poco desmejorada.
¿Rothian lo conoce? El tal Shadow empuja a Jake junto a Ishtral. Esta niebla nos paraliza a todos. Es increíblemente frustrante no poder hacer nada.
Shadow se acerca a la princesa y la toma por la barbilla.
-Princesa, su madre me ha enviado a por usted.

Veo que Rothian es incapaz de moverse. Él tiene sus manos alrededor del rostro de mi amiga y sé que dentro de su máscara, unas lágrimas calientes le queman las heridas. ¿Ya está? ¿Se acabó?

Capítulo 65

Se corta el aire. Impacta y se clava en su carne. Lanza un alarido de dolor y mil maldiciones. La sangre salpica su capa negra.
-No te atrevas a tocarla.
La voz rasgada de Flair es una bocanada de esperanza. Se levanta como si la parálisis que causa la niebla tóxica no le afectara y vuelve a disparar otra flecha. Vuelve a acertar. Shadow está contra un árbol, con una punta de flecha en cada antebrazo gritando de dolor. Flair camina cojeando hacia él y le arranca la máscara protectora.
-Disfruta tú también de tu preciosa niebla.
Le tiende la máscara a Jake.
-Tú eres el que tiene más fuerza, póntela y ayúdame a sacar de aquí al resto.
Mi amigo asiente y, con esfuerzo, es capaz de ponerse de pie y tomar en brazos a Ishtral (que es el que peor de nosotros está por la reciente paliza) para llevarlo fuera de ese cerco de aire venenoso.
Neldrey se arrastra hacia mí y, juntas, nos levantamos apoyándonos la una en la otra. Desde lo del campamento de Nash, me he dado cuenta de que puedo confiar en esa chica y que nos compenetramos muy bien. Lentamente, nos levantamos y nos vamos alejando. Miro atrás para ver a Rothian. Flair la lleva en brazos.
Por último, Jake, con la máscara protectora puesta, trae a rastras fuera de la neblina a Shadow y lo atamos al tronco de un árbol.
Cuando Rothian despierta, pues se había quedado inconsciente, lo primero que ve son los ojos de su salvador: Flair.
-Así que... -empieza la princesa con voz cansina- “No te atrevas a tocarla”, ¿eh?
-Dije que te protegería.
-Gracias, Flair.
-No las des.- dice mientras recorre con sus dedos los rizos de miel de Rothian con una dulzura que ni siquiera él creía tener.
-Esto... no quisiera romper la atmósfera- dice Neldrey-. Pero, hermanito, más te vale explicarme por qué tienes el pantalón manchado de sangre.
Todos centramos la vista en su muslo izquierdo. Tiene una herida no muy profunda pero que sangra bastante. Rothian se levanta de golpe pero rápidamente se marea. Flair, con una sonrisa, la vuelve a tender.
-Estoy bien. Es solo que mi cuerpo no reaccionaba así que tuve que forzarlo a obedecer. Me clavé una flecha. El dolor me sirvió para estimular mi cuerpo.
-¡Flair! ¡No vuelvas a hacer algo así!-grita la princesa.
-Iba a llevarte con él. No podía permitirlo.-concluye lacónico.
-Deja que te cure esa herida- digo yo tras haber estado tratando los hematomas y rasguños de Ishtral. Gracias a los dioses, las heridas del sargento no son serias y él se encuentra bien, solo un poco cansado.
-Quién iba a decir que fueras tan buena reconociendo plantas medicinales y curando heridas.- dice Neldrey con una sonrisita.
-Bueno, recuerda que en Arala tenía que hacerme cargo de muchos niños pequeños que se pasaban el día saltando de tejado en tejado para que los Bobos Reales no los atrapasen por robar. Una aprende a curar heridas, quemaduras, a vendar brazos y recolocar huesos dislocados. Además, al no tener nada, no podía comprarles medicinas. Tenía que utilizar las hierbas que encontraba en el bosquecillo y muchas de esas plantas crecen aquí. Las he ido recogiendo durante todo el camino por si hacían falta. Anda Neldrey, ayúdame a coser y desinfectar la herida de Flair.
-Sus deseos son órdenes- dice con voz cómica mi amiga rubia. Jamás pensé que ella sería uno de mis mayores apoyos y que su personalidad sería una droga para calmar la ansiedad en los momentos difíciles.
-Jake...-dice, cansado, Ishtral.
-¿Qué?
-Esto... bueno, gracias.
Jake sonríe pero rápidamente el orgullo asoma a sus ojos y contesta:
-Bueno, solo lo he hecho porque ese tipo me estaba poniendo nervioso. La verdad es que me daba igual si te mataba ahí mismo.
-Ya decía yo...- añade Ishtral sabiendo que mi amigo de verdad quería salvarlo.
Neldrey me ofrece una aguja metálica e hilo que llevaba por si se le rompía el vestido para coser la herida abierta de Flair. Cuando acabo, su hermana presiona su muslo con unas flores amarillentas de un fuerte olor dulzón. Luego, rasgo una camisa que llevaba de repuesto y hago unas vendas que esterilizo empapándolas en la savia de unos tallos marrones. Una vez hecho ésto, encaramos a Shadow, que ha permanecido callado todo el tiempo.

Capítulo 66

-¿Qué haces aquí, Shadow?
-Ya os lo dije, Princesa, Su Majestad me ha enviado a por usted. He de llevarla de vuelta a Palacio sana y salva. Los demás son prescindibles.
-¿Eso dijo mi madre?
-Sí.
-De acuerdo. Ésto es lo que vas a hacer. Vas a volver a Arala a decirle a mi madre que ya no soy ninguna niña pequeña ni una princesa tonta. Ya no. Vas a decirle que deje de entrometerse en mi camino. ¿He sido lo suficientemente clara?
-Por supuesto, pero comprenderá usted que no puedo obedecerla.
-¿Cómo?
-Su madre es la Reina, y yo su más fiel vasallo. Usted es la Princesa, cuando sea Reina antepondré sus órdenes a mi propia vida pero, de momento, solo obedezco a Su Majestad.
-¿Ah si?
-Sí.
-Entonces no me dejas otra opción.
Todos nosotros miramos a Rothian interrogantes. Ninguno piensa interrumpirla ni interponerse en su camino. Si bien es cierto que no sabemos en qué piensa, confiamos en ella.
-Shadow, mírame.-dice autoritaria.
Ella se quita la máscara y la pone de forma que ninguno de nosotros vea su rostro. No sé qué sucede pero observo cómo los ojos de Shadow se inyectan en sangre y su boca se abre hasta casi desencajarse cayendo por la comisura de los labios un hililllo de baba. Su cuerpo se ve azotado por fuertes convulsiones. Aquel hombre que irradiaba un aura de siniestro poder, ahora es un deshecho que tiembla y tartamudea rogando piedad, compasión. Se revuelve en sus ataduras arañándose las ropas y, por consiguiente, también la piel que queda al descubierto.
-¡PARAD POR FAVOR! ¡PIEDAD PRINCESA!-grita con una voz de ultratumba que hace que se me erice el vello de la nuca. Ishtral me toma una mano y la aprieta. Ninguno sabemos qué es lo que ella le está haciendo pero sea lo que sea, lo está destrozando física y psicológicamente. A Rothian ni siquiera le tiembla la mano con la que sostiene su hermosa máscara de oro con pecas azules. Está soportando la tortura de ese hombre sin inmutarse. Sinceramente, estoy asustada.
Cuando Shadow está al borde de la muerte, Rothian cubre su rostro. Es como si, al ponerse la máscara, el aire hubiera dejado de ser denso e irrespirable. Shadow, aún en shock, con el iris borrado y la ropa manchada por sus propias heces debido a que ni siquiera fue capaz de controlar su esfínter en ese estado de pánico en el que estaba sumido, toma una amplia bocanada de aire. Con una voz totalmente sumisa y temblorosa, dice en un susurro:
-V... Volve... Volveré a Ar... Aral... Arala... Pero por... por... favor... no... no m... no me haga da... daño
-Si hubieras cooperado nada te habría pasado. Tú eres el único culpable de tu dolor.- dice ella con tono indiferente.

Capítulo 67

Amanece y Shadow ni siquiera necesita estar atado. Sigue como un perro vagabundo ansioso de cariño a Rothian, su dueña y, a la vez, la causa de su trauma.
-Ya ha amanecido. Vuelve a Arala y dile a mi madre lo que te he dicho.
-Sí, mi ama. Haré lo que usted me ordene.- dice el hombre postrado y babeando sobre los zapatos de mi amiga. Ella gruñe molesta y da una pequeña patada en la mejilla a Shadow.
-Lárgate.
El antes aterrador e imponente Shadow, ahora se va corriendo con el rabo entre las piernas como un animal apaleado. Una bestia domada por un monstruo cruel. “Yo no soy la única que se ha transformado en un demonio” me digo.
Cuando Shadow es engullido por el océano verde que nos envuelve, la princesa se gira y con tono alegre nos insta a seguir nuestro camino, poniéndose al lado de Flair para ayudarlo a andar.
-Lyx, ni siquiera tú cuando te enfadas mucho eres así. Esa mujer es simplemente mala. Perdió su corazón junto con su belleza. No confíes demasiado en ella, por favor.- me susurra Neldrey.
Yo la miro a los ojos y la abrazo.
-Al principio tampoco me fiaba de ti.
-Sí, pero yo no eliminé la dignidad de una persona reduciéndolo a un simple despojo humano que se caga en los pantalones y besa los zapatos de aquel que lo ha torturado.
-Lo sé, Neldrey. No te preocupes. Ambas estaremos alerta, ¿vale?
Ella asiente con gesto grave. Pocas veces he visto tan seria como ahora a mi amiga. Solo cuando me habló de su pasado.

Pasan los días y continuamos nuestro camino. Todos hemos acordado tratar con normalidad a Rothian. Por muy triste que suene, ninguno nos fiamos al cien por cien de la princesa. Esa crueldad e indiferencia ante el sufrimiento ajeno no es propio de ella. Bueno, no era propio de ella.
Flair es el único que no ha tenido ningún problema en continuar su relación con Rothian. No sé si mi amigo estará enamorándose de verdad de ella, lo que sí puedo afirmar es que ella lo está de él. Pasan las horas juntos y solo ante él ella dulcifica el tono. Con nosotros se ha vuelto un poco más altiva, quizá porque nota esa hostilidad encubierta por nuestra parte. Sé que Shadow no era ningún ángel, pero no se merecía lo que le hizo Rothian. Nadie merece eso.

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